La CUAS Lillo-Quintanar presenta alegaciones al nuevo Programa de Actuación de Zonas Vulnerables de Castilla-La Mancha
La Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas de la Masa de Agua Lillo-Quintanar (CUAS Lillo-Quintanar) ha presentado alegaciones formales al proyecto de Decreto de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM) por el que se aprueba el nuevo Programa de Actuación en Zonas Vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrario. Este programa, actualmente en fase de información pública, establece nuevas restricciones y obligaciones sobre el uso de fertilizantes y estiércoles en explotaciones agrícolas y ganaderas ubicadas en zonas designadas como vulnerables.
Desde la CUAS Lillo-Quintanar se considera que el planteamiento técnico y la delimitación territorial propuesta por la Administración carecen de la coherencia hidrogeológica y científica necesarias. Entre las principales alegaciones se destacan:
- Incoherencia en la delimitación de zonas vulnerables: Se ha denunciado que áreas como la Sierra de Altomira —que aportan aguas subterráneas contaminadas al acuífero Lillo-Quintanar— han sido excluidas de la designación como zona vulnerable, pese a ser una fuente directa de contaminación. La CUAS considera que esta omisión contradice la Directiva 91/676/CEE y el Real Decreto 47/2022.
- Deficiencias en la red de control de calidad del agua: La declaración se basa en una red de piezómetros escasa y poco representativa. Muchas de las muestras se han tomado de forma incorrecta (con bailers y sin purga previa), lo que pone en duda la validez de los análisis utilizados para justificar la inclusión de Lillo-Quintanar como zona vulnerable.
- Ausencia de análisis de fuentes alternativas de nitratos: No se ha tenido en cuenta la posible contribución de vertidos urbanos e industriales a la contaminación por nitratos. Tampoco se ha incorporado el uso de herramientas científicas como los análisis isotópicos de nitrógeno y oxígeno para identificar con mayor precisión el origen de la contaminación.
- Carga administrativa desproporcionada para los pequeños agricultores: El nuevo Programa impone exigencias como la gestión digital del cuaderno de explotación, planes de abonado y balances de nutrientes, sin prever ayudas o asesoramiento técnico para los agricultores, lo que supone una sobrecarga burocrática difícil de asumir para muchas explotaciones familiares.
- Falta de medidas específicas frente a la ganadería intensiva: La CUAS considera inaceptable que no se impongan controles adicionales a las macrogranjas, a pesar de su elevado potencial contaminante. Todas las explotaciones quedan sometidas a las mismas limitaciones de aplicación de nitrógeno, sin distinguir entre niveles de carga muy dispares.
Con estas alegaciones, la CUAS Lillo-Quintanar busca asegurar una protección real y eficaz de las aguas subterráneas, sin comprometer la viabilidad económica de la agricultura profesional ni penalizar injustamente a los usuarios que cumplen con sus obligaciones. La organización espera que la Consejería de Desarrollo Sostenible revise el proyecto a fondo, incorpore criterios técnicos más rigurosos y dialogue con los sectores afectados antes de aprobar el nuevo marco normativo.